La composición final para María: Robert Kennedy, Marta Powlowska, Cordelia Brady
A pesar de hacer esfuerzos para cambiar, España niega derechos críticos para muchos de sus inmigrantes.
Un problema grande entre los inmigrantes de países en América Latina que están viviendo en España es el racismo que se refleja en palabras y frases en los medios y las comunidades. La gente va a seguir viniendo a países desarrolladles con o sin crisis económica que estén mejor que sus patrias, (como la situación que está ocurriendo ahora mismo) y si la gente que ya está allí no es abierta a los inmigrantes, el país va a sufrir. En este caso, el racismo es muy evidente contra la gente nueva y aunque empieza con palabras feas, podía convertirse en hechos violentos. Además, a pesar de que gente que usa lengua negativa cuando están hablando sobre inmigrantes no sienten, necesariamente, que todos de los inmigrantes son malos, las palabras tienen más fuerza de lo que piensan, y generan una distinción de clases en la sociedad.
El maltrato al que los inmigrantes latinoamericanos hacen frente era en otro tiempo un obstáculo que José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente del Gobierno de España, prometió abolir, no sólo en España, sino para toda Europa también. Cuando Zapatero sirvió como presidente de turno de UE durante mayo de 2010, él declaró que todos los europeos, incluso los españoles, se responsabilizaban de maltratar. Zapatero avisó que UE necesitaba reformar sus leyes para “fomentar la protección de los derechos humanos de todos los inmigrantes” y abolía “prácticas debidas a la intolerancia y los prejuicios raciales.” Zapatero intentó reformar España para empezar, para que el país sirviera como un ejemplo, y por eso, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, dijo que España era el faro de los derechos humanos. Aunque otros políticos estuvieron de acuerdo, la oposición de la gente y el PP no permitieron la formación de las leyes fuertes contra el maltrato de los inmigrantes. Sólo un año después, España ha creado algunas de las leyes más polémicas e invasivas contra los inmigrantes ilegales.
Además del ambiente general se puede ver el maltrato de los inmigrantes en los datos. Según un estudio de la Universidad de Salamanca, los inmigrantes latinoamericanos cobran un 20% menos que los españoles. En el estudio los investigadores han hecho un análisis econométrico para determinar las diferencias en los salarios entre trabajadores con las mismas características, como edad, experiencia, antigüedad o nivel educativo. Ellos descubrieron que las diferencias salariales se incrementan con la distribución de sueldo. Una explicación puede ser que la experiencia en sus países no resulta transferible al país del destino, pero es posible que ellos ganen menos por su estatus de inmigrante.
En conclusión, a pesar de que el Gobierno había intentado reformar y abolir, los derechos están desiguales entre los españoles y los extranjeros, tanto para las leyes como para la opinión pública. Sin igualdad para todos, España ha perdido la moral original, del estado después de la caída Franquismo, en lo que todos buscaron la libertad que había sido negada.